Vigilia de la Inmaculada (crónica, fotos y audio)

Tal y como se había anunciado en los días precedentes, y como se había preparado de manera espiritual y catequética con la celebración de la Novena de la Inmaculada, finalmente el jueves día 7, a eso de las ocho y cuarto de la tarde, daba comienzo la vigilia de la Inmaculada, con una iglesia notablemente llena.

Presididos por D. Pablo, y con la participación de otros cinco sacerdotes más, dábamos inicio al piadoso acto con el canto del Salve, Madre. Se iniciaba un devoto y bellísimo rato de oración que tuvo como eje conductor el canto del himno Akáthistos a la Virgen María, pero que fue realizado a modo de oración y vigilia. Es decir, lo que celebramos fue no un concierto, sino un oficio, con lecturas, dos de la Escritura y dos de la tradición de la Iglesia, con la participación entusiasta del pueblo, que en pie cantaba ¡Salve, Virgen y esposa! y ¡Aleluya! al final de las estrofas, que pudo libremente pedir por sus intenciones y necesidades, que escuchó el evangelio de la Anunciación y la breve pero mollar predicación de don Pablo, y que gozó de la belleza, sublimidad y bella ejecución musical del himno Akáthistos a la Madre de Dios.

En una hora habíamos terminado. Una hora que se hizo muy corta, porque la belleza no sólo no cansa, sino que habla de Dios y lo alaba.

 

Os dejamos aquí algunas fotos del acontecimiento:

 

   

Y el audio:

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